Quien no se ha perdido alguna vez en la mirada de otro ser humano. En la mirada limpia de un niño, en la mirada radiante y cálida del ser amado, en ese espacio casi infinito, insondable, que se abre a través de las ventanas del alma.
PLAY
domingo, 10 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario