Ella yace dormida, la miro despacio, como si el tiempo se hubiera detenido en el instante en que percibo su belleza. Voy recorriendo su cuerpo con mi mirada, deteniéndome en cada loma, en cada remanso. Su presencia lo inunda todo, y un escalofrío de emoción recorre todo mi cuerpo.
Por esos instantes en los que la percepción de la belleza puede llegar a ser dulcemente desgarradora.
sábado, 30 de mayo de 2009
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1 comentario:
Muy romántica. Me gusta.
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